miércoles, 19 de agosto de 2015

 (Dedicado a la memoria de mi abuelita 3ra Teodolinda Collao Sisniegas)


Sobre los orígenes de la familia Sisniegas, podemos recurrir a don Jaime de Querexeba: “Linaje que originalmente se apellidaban Susunaga, que para el año de 1475 tenía solar en Valmaseda, en Vizcaya, España”.
Sin lugar a dudas su origen es vasco y los primeros Sisniegas en el Perú son producto de la gran migración vasco-navarra de mediados del siglo XVIII. Establecidos en la opulenta Saña, su migración hacia el sur, responde a las graves consecuencias del meganiño de Saña, que según Arturo Rocha se dio en 1728 y no en 1720, este desastre agroeconómico empujó a los españoles y criollos a vivir en los antiguos pueblos de indios de jequetepeque, aliándose con las escasas familias españolas e indígenas principales que allí habitaban, trasformando notablemente la sociedad del valle jequetepeque.

Las fuentes eclesiásticas son la fuente más rica para escribir la historia de esta reconocida familia, nos permite afirmar que fue don Lorenzo Sisniegas, un sañero que paso a morar en San Pedro de Lloc, en este mismo pueblo contrajo matrimonio con doña María Eufemia de los Ríos Esteves, perteneciente a una  la más acomodadas e influyentes del vecindario. Su único hijo registrado fue don Aniceto Sisniegas de los Ríos, tronco de las familias más destacadas del sur del valle.

Don Lorenzo y su familia pasaron a vivir al modesto pueblo de San José, entonces ligado estrechamente con San Pedro de Lloc y Jequetepeque, allí fallecerían a una avanzada edad. Aniceto Sisniegas de los Ríos, criollo nacido alrededor de 1742 y fallecido en 1792 tuvo una destacada partición en la pequeña y endogámica sociedad sanjosepana, aliado de los indígenas contra las usurpaciones de los Padres Agustinos de Guadalupe. Contrajo nupcias con la también criolla doña Isidora Sosaya Esteves, perteneciente a una familia con tradición miliciana.

Del matrimonio Sisniegas-Sosaya, nacieron en San José: José, Agustín Diego, Rosa, Manuel y Juana. Todos ellos con distinguida e histórica descendencia que fue parte de la clase terrateniente hasta la reforma agraria de 1978. A continuación una breve descripción de sus principales miembros.

Don José Sisniegas y Sosaya, fue soldado del Escuadrón de Pacasmayo y por lo tanto miembro del bando patriota en la Guerra de la Independencia. Caso en 1787 con doña Josefa de los Ríos Costilla, hija de don Melchor de los Ríos, un teniente de milicias avecinado en San José. Su hija mayor fue doña Francisca Sisniegas de los Ríos, nacida en 1803 y casada en 1820 con un activo actor de las independencias de San José y San Pedro, el español don Casimiro Ortiz de la Vega, ambos fueron los hacendados de “Ventarrón” y “Farfán”, significando la  familia más rica de San José en su epoca. Sus hijos fueron: Federico, Manuel, Martina, Angela y Antonia Ortiz y Sisniegas. Todos participes de la historia sanjosefana, en momentos tan difícil como en la Guerra con Chile, como en la dirigencia, siendo gobernadores, acaldes, jueces, etc. Además de ellos de desprenden familias como: Neyra-Ortiz, Núñez-Neyra, De la Cruz-Ortiz, Cerna-Núñez, Maradiegue-Ortiz, Ortiz-Ortiz, Olavarria-Ortiz, Ortiz-Neyra, etc. Destaco en esta rama doña Meredes Neyra y Ortiz y don Fedeberto Ortiz Neyra, dirigente y comerciante representativo en el San José del siglo XX. 

Don José Bernardo Sisniegas de los Ríos, destacado miembro de las milicias de San Pedro de Lloc y San José, fue casado en primeras nupcias con doña Clara Castellano, con quien tuvo a Manuel. En 1866 por segundas nupcias se unió con doña Lorenza Collas Sorogastua. Sus hijos fueron: José Bernardo, Juana Rosa, Francisca y Virginia. Sus descendientes serian la familia más rica e influyente del valle jequetepeque en el siglo XX, los Saavedra-Sisniegas, dueños de las haciendas de  "Chafan Grande", "Chafan Chico", "Flaco Chico", "La Calera", "Cosque", "La Campanita", "Vista Alegre", etc. Destacando don José Andrés en Pacasmayo, don Alejandro en Guadalupe y Pacasmayo, doña Paquita en San José, etc. También son miembros de esta familia: Saavedra-Olavarria, Noriega-Saavedra, Mongrut-Sisniegas, Figuerola-Saavedra, etc.

Doña Fermina Sisniegas de los Ríos, nacida en 1815 tuvo como esposo al patriota don José Eusebio Esteves y Delfín, avecinados en San Pedro de Lloc son los fundadores de importantes familias relacionadas a la tierra y el gobierno. Las ramas principales fueron: Manuela, José del Carmen, Belisario, José Dolores, Manuel y Luisa Francisca Esteves Sisniegas. De allí provienen hoy en día Los Rosas, Los Neyra, Los Fuxa, etc.

Doña Rudecinda Sisniegas de los Ríos no tuvo descendencia con su esposo el portugués don Ramón Ruíz, uniéndose al español don Francisco Mendoza, sus hijos don Santiago y don José Mendoza Sisniegas, el primero líder político de San José, el segundo hacendado de “La Venturosa” en San Pedro de Lloc. Sus descendientes: Mendoza-Serna, Mendoza-Ramos, Mendoza-Esteves, Mendoza-Dupuy, Mendoza-Liza, Mendoza-Cerna, etc. Aquí destacan el siempre recordado doctor Valdemaro Mendoza Esteves y el escritor Jacinto Mendoza Liza.

La ultima hija mujer doña Pascuala Sisniegas de los Ríos, tuvo como esposo a don Luis de la Rosa Salinas, no se le conoce descendencia.

Finalizando esta rama, don Jacinto Sisniegas de los Ríos fue “amo y señor” de Santonte, casado con la acomodada doña Manuela Ramos Alvarez, tendrían una numerosa descendencia, destacando Los Asian-Sisniegas.

Otros de los troncos principales fue don Diego Agustín Sisniegas Sosaya, casado en 1798 con la criolla doña Josefa Miranda de los Ríos, fueron sus hijos: Rosa, Casimiro y Juana Vicenta, de ellos descendientes; Portilla-Sisniegas, Sisniegas-Deza, Alvarez-Esteves. De su unión ilegitima con Mariana Morales, tuvo a José Sisniegas Morales, que tuvo importante prole, cabe agregar a la vez era hermano de los hacendados de “Santa Getrudis”, Los Ríos y Morales, expresión clara de la compleja y endogámica sociedad sanjosefana.

 José Gregorio Ríos y Sisniegas, es otro hijo ilegitimo de don Diego, que prefirió llevar el apellido de su madre doña Gertrudis de los Ríos. Los Ríos y Yépez serian la familia más importante en San José en las décadas de 80s del siglo XIX hasta los años 20s del siglo XX, líderes de la resistencia anchilena, dueños de “La Campanita” y “Ventarrón, enlazaron con otra importantes familias del valle, siendo su resultado: Olavarria-Ríos, Ríos-Asencio, Ríos-Sandoval, Britto-Olavarria, etc. Describir la descendencia del célebre don Pedro Ríos y Yépez resulta imposible, pero hoy en día sus descendientes viven en Chépen, Pacasmayo, San José, Lima y el extranjero.

Don Manuel Sisniegas Sosaya, es el patriarca de los Sisniegas que aun habitan San José. Emparentado con los Chumby y los Cabanillas-Morales, produjeron una larga parentela que a dejado huella en nuestra historia. Don Aniceto Sisniegas Cabanillas nacido en 1851, fue el alcalde de San José con mayor tiempo, afamado terrateniente de Pusque y Lobatón. Sus descendientes actuales son Sisniegas-Neira, Sisniegas-Asian, Sisniegas Andaviza, Sisniegas-Quilcate, etc.                                                                                                                                                
Su medio hermano, don José de la Cruz Sisniegas Chumby, descendiente de la antigua clase dominante indígena. Casado en San José con doña Valeriana Álvarez Tilana, fueron padres de: Ramos, Rosaura, Manuela y Gervacio Sisniegas Alvarez. El más brillante de sus mienbro fue don José de la Cruz Sisniegas Montoya. De esta parentela tambien fue don José María Sisniegas, padre de los Sisniegas-Diaz, Sisniegas-Castillo y abuelo de los Sisniegas- Leiva.

Doña Juana Sisniegas Sosaya, tuvo como esposo al criollo don José Domingo Ramos Sifuentes, su descendencia tuvo activa participación en la política sanjosefana y las diferentes etapas de su historia. Don Pedro Sifuentes y Sisniegas, su hijo mayor y afamado espadachin con participación en las revoluciones caudillistas del Perú, de su unión con doña Isidora Paredes tuvieron como hijos: Juan y Belisario Sifuentes Paredes, miembros de la montonera antichilena de 1881. Ambos heredaron la famosa hacienda “La Campanita”, vendida luego a sus parientes los Ríos, sus hijos don Pascual Sifuentes Collao y Pedro Sifuentes Gonzales respetivamente se convertirían en alcaldes y líderes del siglo XX.                                                                                                                                                                                                 Don Manuel Sifuentes y Sisnigas, hijo menor, excelente agricultor en San José y Chafan. De su unión con doña Natividad Ahumada Cabanillas, nacieron doña María y doña Julia Sifuentes Ahumada, siendo su descendencia los De la Fuente-Sifuentes, León-Sifuentes, Sosaya- Sifuentes. Sin duda el más famoso miembro de esta dignísima familia es don Nicanor de la Fuente Sifuentes “Nixa”.

Sé que resulta imposible presentar la genealógica completa de los miembros de esta histórica familia de nuestra provincia, que ha dado  líderes en San José, San Pedro de Lloc y Pacasmayo, significando un esfuerzo de años por recopilar la mayor información y un humilde aporte para la historia social de San José y el valle jequetepeque, que como descendiente de aquel zañero establecido estas tierras, es un deber escribir y difundir su historia.


Los Sisniegas: de Zaña al Jequetepeque.

 (Dedicado a la memoria de mi abuelita 3ra Teodolinda Collao Sisniegas) Sobre los orígenes de la familia Sisniegas, podemos recurrir ...
Dedicado a la memoria de Don Pascual Evelio Sifuentes Núñez (mi abuelo) :) 


Don Josef Sifuentes, arriero y artesano español, oriundo de Valladolid-Castilla y afincado posteriormente en el pueblo de Jequetepeque, fue fundador de este apellido en el Perú. Allí tomo como esposa a doña Alexandra Zamora, dama de reconocida posición. Teniendo como único hijo a don José Domingo Ramos Sifuentes Zamora.

Josef Domingo Sifuentes Zamora, fue heredero del oficio de su padre y de las tierras de su madre, pronto paso a avecinarse al pueblo de San José, donde contrajo nupcias con doña Feliciana Saavedra Collao, miembro de una prominente familia de aquella vecindad. Sin embargo ninguno de los hijos que tuvieron logro sobrevivirlos. Al fallecer su esposa, se unió a doña Juana Sisniegas Sosaya, tuvieron como hijo a Pedro y Manuel Sifuentes y Sisniegas.
Don Pedro Sifuentes y Sisniegas, nació en San José en 1822, recibió exclusiva educación que tuvo que dejar en 1838, para unirse a las fuerzas del general Antonio Gutiérrez de la Fuente en su marcha hacia el norte, para dar fin a la Confederación Perú-Boliviana en esta parte del país. Junto a los os “restauradores” tomaron a sangre y fuego la ciudad de Piura, logrando que los piuranos reconocieran como presidente al general don Agustín Gamarra. Don Pedro fue formándose con los más aguerridos revolucionarios y veteranos de la independencia, destacándose como el más hábil “espadachín” de los pacasmayinos adeptos a Gamarra.

Al finalizar la guerra y victoriosos los “restauradores”, don Pedro volvió a San José como un laureado joven miliciano, pero no dejo de acudir a sofocar cualquier revuelta en el norte, manteniendo así  su lealtad al presidente Gamarra. Puliendo y engrandeciendo su fama de “guapo” y aguerrido espadachín, siendo conocido en los diferentes pueblos de Pacasmayo y Lambayeque, sus hazañas fueron recogidas por renombrados tradicionalistas de la región. Se exclamaba ¡Allí va el guapo a romper cinturas, allí va el “Mono” Sifuentes, así fue apodado por su agilidad con las armas. Sin revueltas y revoluciones, el joven Pedro pronto continúo la tradición arriera, con el tiempo fue fortaleciendo la ruta hacia Cajamarca y con gran esfuerzo logro amasar considerable fortuna que le permitió adquirir las tierras próximas a Cosquepón, que pertenecían a su tío don Diego Sisniegas.
Muerto Gamarra y subido al poder don Juan C. Torrico, volvió a la carga el “mono”, participando en la insurgencia amarada por Lizazaburu en 1842. Poniendo en jaque las tropas gobiernistas que se encontraban en San Pedro de Lloc. Finalizada la insurrección regreso a las faenas agrícolas y comerciales, teniendo tiempo para “sentar cabeza”, caso en la iglesia del pueblo con doña Isidora Paredes, hija de un maestro joyero guadalupano. De esta unión nacieron en 1845 don Juan y en 1847 don Belisario.

Durante la guerra civil de 1854 contra el presidente Rufino Echenique, Sifuentes se puso al servicio de don José Collens y Esteves, iniciando un “peinando” y “descarte” de los revolucionarios liberales, para ello conto con el apoyo de sus más bravos muchachos de San José y haciendas. Pese a los ofrecimientos del bando contrario, don Pedro se mantuvo firme, resistiendo en la batalla de Tecapa y siendo finalmente uno de los vencidos en “Llifin”, donde murió su líder Collens, tuvo que tomar su brioso caballo “picado” y se refugió en Tolón. La revolución liberal de Ramón Castilla había triunfado en el valle jequetepeque. Regreso a San José y con el tiempo retomo sus tareas agrícolas y tuvo que dar fin a su oficio de arriero, al haber sido sus mulas y caballos confiscados por el gobierno. Trabajo en silencio y se alejó de todo “problema” hasta la revolución de 1865 que lidero Marian Ignacio Prado contra Pezet, tomo San José a favor de los “restauradores”. Esta sería la última contienda en la que Sifuentes participara, paso a dedicarse enteramente a sus tierras y ejercer la alcaldía y juzgado de San José por muchos años. Falleció en 1879, legando a sus hijos la Hacienda La Campanita.

Don Juan Sifuentes y Paredes, aprendió la destreza de don Pedro y muy joven lo acompaño a sus incursiones en Cajamarca como partidario de Prado. Son muchas las anécdotas de este personaje sanjosefano, como su fama de buen jinete, lo que le valió la fama del Juan el “caballero”, junto a Teófilo Ahumada fueron los únicos sanjosefanos de su época en haber recibido educación media en Trujillo. Su preparación permitió que fuera el eterno amanuense de San José, así mismo miembro destacado de la clase política sanjosefana (juez, alcalde), ejerció la regiduría municipal durante la declaración de la guerra con Chile de 1879.  Ante la llegada de los chilenos a San José en 1881, formo parte de la montonera antichela liderada por don Pedro Ríos y Yépez, cubriéndose de gloria en la famosa batalla de “Portachuelo de Vista Alegre”. Tuvo como primera esposa a la cajamarquina doña Elena Pajares, sus hijos fueron don Pedro y doña Herminia Sifuentes Pajares, el primero casado con Vicenta Deza Escalante, padres ellos de Elena, Felicinda y Pedro Sifuentes Deza. Doña Herminia fue la madre del recordado alcalde don Pedro H. Quilcate Sifuentes, y de Julio, Santos y Elia Collao Sifuentes, todos con reconocida descendencia. Otra de las hijas de don Juan fue doña Clara, habida en doña Paulina Manevas.
Don Juan tuvo como tercera esposa a doña Teodolinda Collao Sisniegas, con permiso de su belicoso y temido hermano el comisario don Ramón Collao. Su hijo mayor nacido en 1880 fue don Pascual Alejandro, que ocupo los más altos cargos políticos del distrito, tuvo en doña Elcira Ortiz Neyra a Nestor Sifuentes Ortiz, patriarca de los Sifuentes-Andaviza. Luego don Pascual casó con doña Delfina Núñez León, nieta de la heroina del incendio de San José doña Merces Neyra y Oriz, sus hijos: Teodolinda, David, Mariana, Pascual (mi abuelo) y Angélica Sifuentes Núñez.                                                                                                                                                                                                                                                                       Don David Sifuentes Collao fue padre de los Sifuentes-Núñez y Sifuentes-Guzman, destacado el recordado jefe de ramos municipales y Juez de Paz don Francisco Sifuentes Guzman “Pancho Manune”. Doña Gertrudis  Sifuentes Collao, fue la madre de Dolores Ahumada Sifuentes, Teresa, Urbano y Celmira Chávez Sifuentes. Todos ellos con una historia individual en San José. Por otro lado doña Salome Sifuentes Collao, una de las más bellas de San José casó con el honorable caballero don José Cruz Sisniegas Montoya, sus hijos son Edilio, José, Regina, Bernardo, Nimia. Los miembros de esta familia se dispersaron por Pacasmayo, Guadalupe, Trujillo y USA.

Don Belisario Sifuentes y Paredes, también fue activo revolucionario y defensor ante la invasión chilena, contrajo nupcias con doña María Gonzales, teniendo como hijo mayor a don Pedro Cesar, destacado político y comerciante sanjosefano, en doña Decideria Miranda Asencio, tuvo a Jorge, Gonzalo, Pedro, Petronila, Julio, Margarita y Ermes Sifuentes Miranda. También tuvo como hijo a doña Arminda Sifuentes Reyes que pasó a radicar en Jequetepeque y a don Rosas Bernabe Sifuentes Paz que se avecino en Trujillo. La su numera descendencia de don Pedro, radica hoy en día diferentes ciudades del Perú y del extranjero, miembros del ejército, la política y hasta de la iglesia.                                                                                                                                                                                                                             También fueron parte de la familia don Luis Sifuentes y doña María Sabina Sifuentes Gonzales, madre del estimado don German Sifuentes. Hasta aquí finaliza la renombrada rama familiar encabezada por don Pedro Sifuentes y Sisniegas.

 A diferencia de don Pedro, don Manuel Sifuentes Sisniegas, fue de carácter conciliador y calmado, entregado por completo a la agricultura, ejerciendo los conocimientos que recibió de su maestro don Pedro Barrenechea, aliándose pronto con los de la Fuente, condujo Chafan y Ñampol. Pero ante el llamado de la defensa de San José, estuvo entre los primeros montoneros de 1881 y así mismo lidero la contraofensiva de los revolucionarios pierolista de 1894. “Maniche” fue un hombre ilustrado, el hombre más rico del pueblo hasta el incendio del pueblo de San José por parte de los Chilenos, a pesar de su ruina no dejo de ocupar los más altos cargos de gobierno.                                                                                                                                                                                                                                                           De su unión con doña Natividad Ahumada Cabanillas, nacieron doña María y doña Julia Sifuentes Ahumada, siendo su descendencia los De la Fuente-Sifuentes, León-Sifuentes, Sosaya- Sifuentes. Sin duda el más famoso miembro de esta dignísima familia es don Nicanor de la Fuente Sifuentes “Nixa”, amauta del periodismo nacional y orgullo del Pueblo de San José. Esta rama familiar ha pasado a radicar por completo a Chiclayo.

Quizás otros miembros de esta representativa familia se me han escapado de las “manos”, pero que sirva esto como precedente, un humilde aporte de la historia de nuestras familias locales a la que estoy vinculado.



Los Sifuentes: "de arrieros a guerrilleros" San José de Bellavista (Pacasmayo)

Dedicado a la memoria de Don Pascual Evelio Sifuentes Núñez (mi abuelo) :)  Don Josef Sifuentes, arriero y artesano español, oriundo ...

jueves, 26 de febrero de 2015











Pueblo de San José de Bellavista


Fundación: Fundado como reducción de indios en fecha aun no determinada.
Aniversario: 02 de Enero.
Fiesta Patronal: 11-14 de marzo, en honor a Patriarca San José
Ubicación: Situada en la provincia de Pacasmayo, sur del río jequetepeque, Sus coordenadas son 7°25’00’’ latitud Sur y 79°30’00’’ longitud Oeste.
Altitud: 104 m.s.n.m.                                                                                             
Superficie: 181,06 km²
Distancia: 336 Km a Trujillo, Perú.
Población:  11 504 habitantes. 


Datos generales de San José - Pacasmayo

Pueblo de San José de Bellavista Fundación:  Fundado como reducción de indios en fecha aun no determinada. Aniversario:  0...

lunes, 23 de febrero de 2015

En marzo del presente año junto a Manolo Lau Urcia logramos confirmar definitivamente la procedencia y el apellido materno del recordado doctor don Julio Olavarría Rolando casado con doña María Eudocia Ríos, ambos fundadores de una de las familias que hicieron historia en San José.  ¿Pero quien fue tan famoso doctor y como llego a fundar esta familia?

Se sabe que don Julio fue parte del equipo de médicos que asistieron en 1890 al sabio italiano Antonio Raimondi, quien ya vivía su último año de vida en este mundo. Además el desaparecido poeta sanjosefano Nixa lo menciona en su brillante autobiografía.

En una partida de matrimonio número 152 de uno de los libros parroquiales de San José que se atesoran en la actual Parroquia de Pacasmayo, consignan los nombres completos de los esposos Olavarría –Ríos y de sus padres, además de los testigos Pedro Ríos y Felipe Ahumada. Por cierto vale  añadir que la Parroquia  de San José en tiempos de la colonia fue anexo o anejo de la de Jequetepeque que también tenía tiempos después a la de Pacasmayo, en 1893 Pacasmayo se convirtió en cabeza de curato, es por ello que los libros de la parroquia de San José se encuentra hoy en día en dicho puerto.

Respondiendo acerca del origen de tan distinguido médico, conocido como el “galeno de los pobres”, por no cobrar a los más humildes, ahora se sabe que nació en Lima, hijo de Manuel Olavarría y  Rosa Rolando. La familia Olavarría era de origen Vasco (España), entre sus miembros están héroes de la guerra de Independencia como José Valentín de Olavarría, otros miembros son fundadores de los Olavarría de Lambayeque y Chiclayo.

Se desconoce la fecha exacta de la llegada de don Julio Olavarría a estas fértiles tierras del jequetepeque, solo podría afirmar que  en el año de 1881, época en la cual nuestro país sufría la invasión chilena, se llevó a cabo la unión de dos distinguidos personajes de nuestra antigua provincia, don Julio Olavarría Rolando contrajo nupcias con la acaudalada dama doña María Eudocia Ríos y Yépez, siendo así los fundadores de la estirpe de los Olavarría de San José de Bellavista.

La familia Olavarría - Ríos se estableció en el pueblo San José, don Julio se dedicó a ejercer como médico oficial del distrito y de respetables familias del valle, además llego a administrar la hacienda “Ventarrón” herencia de su esposa María Eudocia, que dicho sea de paso esta damita sanjosepana pertenecía a una antigua y linajuda familia de San José, hija de don José Gregorio Ríos Sisniegas y doña Baltazara Yépez Collado, ambos miembros de familias de origen peninsular y como olvidar señalar que su hermano fue el “Gran Patricio sanjosepano” don Pedro Ríos y Yépez,  verdaderos “sanjosepanos” netos sin lugar a dudas, que defendieron a San José de los atropellos del invasor del sur.

Fruto de la unión de don Julio y doña María Eudocia, llegaron a ver por primera vez el bello cielo azul sanjosepano: Pedro, Juan, José, Manuel, Baltazara y Dominga. Todos ellos criados en la fe católica, llenos de valores y amor a la Patria, hombres y mujeres que llegaron a ser importantes, correctos, y siempre dispuestos a apoyar, fueron el resultado de esa unión de dos sangres progresistas, destacando la sanjosepana que fama tiene por siempre distinguirse de los demás.

Don Pedro Olavarría y Ríos, fue un próspero agricultor, en 1912 llego a ocupar el cargo de alcalde de San José, siendo continuador de las obras publicas de su tío don Pedro Ríos, se unió en matrimonio con la respetable dama sampedrana María Amanda Rosas León, don Pedro partió a Piura, allí fundo su familia, sus descendientes todos hombres y mujeres francos e importantes, emparentados con linajudas familias de Piura como los Pollit Seminario. Caber destacar a su hijo don Manuel Olavarría, casado con la dama sanjosefana doña Eudocia Ortiz Vergara, familia relacionada con los Rázuri de jequetepeque.

Don José Olavarría y Ríos al unirse en matrimonio con doña María Brito Saavedra, sin duda fundo una de las familias más representativas del valle jequetepeque, era dos familias importantes y respetables, los Olavarría se habían unidos a los descendientes de don Pedro José Brito-Alarco Godoy y doña Manuela Saavedra Aldea, don José como todo sanjosepano fue valiente, así murió enfrentando a unos abigeos, siempre haciendo respetar su cargo de Gobernador de San José.  Sus se relacionaron  con renombradas familias como los Lau, familia a la cual pertenece mi buen amigo Manolo.

Manuel Olavarría no fue menos valiente e intachable que sus hermanos, ocupo los cargos de regidor y gobernador de San José en varias ocasiones,  y Juan Olavarría Ríos falleció de niño.
Baltazara y Dominga Olavarría Ríos completan tan importante familia, la primera casó con el recordado y próspero don Antonio Saavedra, y doña Dominga casó con el caballero sampedrano don Cutberto Brito Saavedra, quien fue miembro del consejo de San José, estableciéndose en San José, sus descendientes están emparentados con los Lupedi, entre otras familias representativas del valle.

Este es el origen los Olavarría de San José de Bellavista, en la fértil provincia de Pacasmayo, el fundador de esta familia don Julio Olavarría Rolando al fallecer a fines del siglo XIX recibió honores en el pueblo de San José, que le permitió el honor de ser enterrado en el Altar Mayor de la parroquia, como un hijo más de esta tierra pacasmayina.

Doy gracias a la Parroquia de Pacasmayo y a este diario por permitirme hacer un merecido aporte a la historia pacasmayina y un sencillo homenaje a  tan simbólica familia norteña. Soy Luiyhin Rázuri Sifuentes, descendiente de don Pedro Ríos y Yépez, allí mi vínculo con los Olavarría.


Los Olavarría de San José de Bellavista

En marzo del presente año junto a Manolo Lau Urcia logramos confirmar definitivamente la procedencia y el apellido materno del recordado do...


(Dedicado a la memoria del tío Rolando Cerna Morales, "Rolo")


Se han cumplido 88 años de la muerte de don José León Cerna Celis y ya pocos lo recuerdan como el más antiguo “componedor de huesos” de San José. “El patriarca”, “Soldado del trabajo” como era conocido descendía de una de las muchas familias que abandonaron la arruinada Saña  en el siglo XVIII para establecerse en San José, allí nacería en 1830.     
                 
Su vida estuvo llena de aventuras, tuvo la suerte de vivir y participar en las revoluciones caudillistas y las guerras con España y Chile, en este último conflicto en la etapa de invasión, junto a su hermano don Manuel formó parte de la histórica montonera de resistencia antichela formada por el ilustre sanjosepano don Pedro Ríos y Yépez. Pero no trascendió por su heroísmo si no por su vocación de servicio, estaba dedicado desde muy joven a curar las torceduras y quebraduras de los huesos, había nacido para aliviar las dolencias de la humanidad, su nombre se volvió sinónimo de magia en todo el norte, por ellos son muchas las anécdotas y semblanzas sobre su vida, como la del insigne escritor don Vicente Rázuri Cortez, que lo describió como un hombre moreno, alto de cuerpo, de barbas blancas patriarcales y alegre.                       
                                                                           
El prestigio logrado por Cerna le permitió ocupar por varios años el cargo de Juez de Paz y miembro de la junta de notables, pero no logro fortuna a pesar de que su ancestral oficio fue muy solicitado, la razón sin duda seria que nunca exigió pago alguno a sus pobres pacientes, esperando solo su voluntad al igual que con los ricos terratenientes que también acudían ser aliviados por lo que hacían sus  manos grandes y dedos largos. Todos ellos recurrían según “Lata” a su modesta casa que se había convertido en un verdadero templo de sanación o era don José León quien salía a caballo llevando sus emplastos y yerbas medicinales que pronto aliviarían torceduras, zafaduras, contusiones, quebraduras, etc. Además de recorrer todo el valle jequetepeque, llego hasta Chiclayo, Cajamarca, Trujillo y las múltiples propuestas de llevarlo a Lima, tengamos en cuenta que muchos de los médicos de la época recomendaban sus servicios, reafirmando la creencia en la ciencia oculta.

Su fallecimiento en 1923 enluto al pueblo en general y su cortejo fúnebre fue de los más grandes de la historia del valle jequetepeque, estuvieron presentes gentes de todos los niveles socioeconómicas, destacando la clase media sanjosefana representada por los señores don José Biffi, Fedeberto Ortiz N., Segundo Paz y Manuel Quispe. Así fue registrado por los medios de la época que junto a reconocidos intelectuales le dedicaron justos tributos. Don Juan Carril Muñoz, maestro en San José le dedico una semblanza en la cual destacando su caridad y sorprendente “magina” para salvar incluso de la muerte a los dolientes.
La antigua tradición de flotar y soldar huesos no había muerto, de su matrimonio con doña Baltazara Fernández nacieron Abraham, Juan y Casimirio, los dos primeros siguieron los pasos del famoso anciano, se convirtieron en hombres muy relacionados que llegaron a ser miembros de la clase dirigente de San José, recorrieron el Perú a caballo, vapor, ómnibus, incrementando la fama del clan milagroso.  

Los tres hermanos se unieron a tres honorables hermanas sanjosefanas, doña Domitila, Grimaldina y Sandalia Núñez Neira, pertenecientes a una histórica y antigua familia de origen peninsular. De esta peculiar unión surgieron las más notables familias que ha tenido y tiene San José, los llamados “Hueseros Cerna” que gozaron del reconocimiento social continuaron la tradición familiar, destacando don Felipe y  Teodoro Cerna Núñez que llegaron a curar a miles de personas, también don Rolando Cerna Morales que partió de este mundo en 2013. En la actualidad sus descendientes en San José conservan esa magia de la cirugía invisible y otros que salieron y combinaron sus conocimientos empíricos con lo científico, como los recocidos  quiroprácticos don Walter Cerna y el joven  Jorge Cerna Creame.

Los sanjosefanos tenemos una gran deuda no solo con Nixa y otros brillantes hombres, también con esta honorable casta de curanderos que dieron fama a nuestro SAN JOSÉ, señores estamos a tiempo de rendirles el homenaje que merecen, sería el primer paso para consolidar nuestra identidad local, este es mi pequeño aporte que busca rescatar el origen del “ARTE DE SANAR CON LAS MANOS”.


Don José León Cerna Celis y el arte sanar con las manos.

(Dedicado a la memoria del tío Rolando Cerna Morales, "Rolo") Se  han cumplido 88 años de la muerte de don José León Ce...

domingo, 22 de febrero de 2015

Las fuentes documentales disponibles en los archivos de las ciudades de Pacasmayo y Trujillo, permiten hacer un merecido aporte sobre sobre tan simbólica familia sanjosefana. Es San José “cuna” de esta histórica prole que aparece en tiempos del coloniaje,  siendo considerada en la época como una “reducción de indios” dependiente eclesiásticamente de Jequetepeque, caracterizado por el minifundio indígena, las denominadas tierras comunales o del “común” y rodeado por las grandes propiedades del convento de los Padres Agustinos, una población indígena explotada y despojada en descenso que en 1684 al ser censada eran de solo de 81 habitantes, así lo expresa el historiador Manuel Burga...“la división del trabajo era casi inexistente, la mano de obra menos abundante, existían únicamente indios mitayos de pastores y eran administrada directamente por un padre agustino, quien se caracterizaba por su tiranía con los indígenas (1976, p. 114)”. Del otro lado la población mestiza, blanca y demás castas aumentaba progresivamente.

Este ascenso poblacional principalmente criollo fue de gran impacto, siendo la población blanca mayoría  a mediados del siglo XVIII, cambiando totalmente la estructura racial sanjosefana. Este cambio fue producto principalmente de la masiva inmigración de españoles europeos americanos afectados por las guerras carlistas en España y la destrucción de Saña, San José se convierte en la atracción de los inmigrantes vascos-españoles y sus descendientes originarios de Navarra, Vizcaya, Guipúzcoa, Santander y Cantabria, así como sus descendientes nacidos en el Perú que principalmente provenían de Saña, Lambayeque y San Pedro de Lloc. Es por ello que las principales familias de la época colonial y de inicios de la republica tenían este origen, además de tener presencia en la actualidad: (Los Ríos, los Sisniegas, los Collao, los Ortiz, Los Andaviza, los Miranda, los Zúñiga, los Portilla, los Orbegoso, y los Ramos).

 De todas las familias vascongadas mencionadas además de las otras originarias de Andalucía y Castilla no mencionadas avecinadas en San José, eran los Ríos los más importantes e influyentes dentro y fuera del pueblo, puesto que estaban emparentados con reconocidas familias de San Pedro de Lloc y Guadalupe, constituyendo como los más reconocidos cultivadores enfiteutas de la zona. Su progreso y aumento poblacional fue de tal magnitud que despertó los temores de los Religiosos Agustinos, quienes desde el siglo XVII mantenían un largo litigio con la comunidad indígena de San José y Jequetepeque por las tierras del “Cerro de San Josef”. El papel que desarrollaron los criollos y principalmente la familia  Ríos fue vital para los resultados de tal juicio, se cristalizo una alianza de criollos, mestizos e indios,  contra la usurpación de los Agustinos.  Hay que tener en cuenta tanto los Ríos como los Ortiz además de haber logrado convertirse en medianos tenedores de tierras, tenían “control” de la iglesia local y un declarado apoyo del clero secular,  así se muestra no solo la típica rivalidad entre los “criollos” y “chapetones”, también entre “seculares” y “regulares”.

Uno de los españoles que atestiguaron a favor de la comunidad indígena, fue don Silverio de los Ríos que en 1794 tenía 58 años edad (Burga, 1976, p. 133). Que apoyo  a los indígenas y mestizos esforzados a no aceptar el deslinde de tierras a favor de los Agustinos, desatando la revuelta de 1794 , se registró como la única de su tipo en el valle, con claras influencias de la fallida revolución de Tupac Amaru.

Ahora pasemos a una detallada exposición de los miembros de esta familia Ríos,  don Melchor tenía como hermanos al teniente de milicias don Melchor de los Ríos, casado con doña Eudovigia Alférez, tuvieron una pequeña descendencia del cual se ha perdido el rastro. Don Antonio de los Ríos tuvo como esposa a doña Cayetana Sosaya, así mismo doña Victoria de los Ríos que se unió a don Mateo Sosaya. Don Juan de los Ríos tuvo relación con doña Baltazara Collao. Sobre don Manuel, doña María, doña Agustina,  hermanos y primos suyos no se tiene mayores datos, siendo estos miembros de la segunda generación radicada en San José.          

Las  siguientes generaciones debido a la escasa información me limitaré a mencionarlos, Ignacio, María Bernarda, María Jordana, María Damiana, Andrés, Nicholas, José Benito, Hernando, Justo y Prospero de los Ríos. (Se está investigando su descendencia). Doña Josefa de los Ríos que al unirse a don José Sisniegas radicaron entre San José y San Pedro de Lloc, su hijo el coronel don José Bernardo Sisniegas de los Ríos, fue un destacado político y tronco de las familias “Sisniegas-Castellanos” y “Sisniegas-Collas”, asi como “Mongrut-Sisniegas” y “Saavedra-Sisniegas”, teniendo como sus más recordados miembros, el rico hacendado don Alejandro Saavedra y Sisniegas, asi como a doña Francisca “Paquita” Saavedra Sisniegas, que fue hacendada de “La Campanita” y Vista Alegre”, siendo reconocida benefactora de la educación sanjosefana.

 Doña Francisca Sisniegas de los Ríos fue esposa del hacendado del “Ventarrón” y “Farfan” don Casimiro Ortiz de la Vega, siendo sus descendientes los “Núñez-Neira”, “Ortiz-Neira”, “Núñez-León”, “Núñez-Ríos”, “Cerna-Núñez”, “Farfán-Núñez”, etc.

La información más generosa es la de otro de los hermanos del defensor don Silverio, don Fernando de los Ríos, propietario de “Cosquepón” quien expreso los más claros sentimientos anticoloniales al abrazar la causa independentista promovida en el valle por los Rázuri, los Esteves y los Vértiz. Su hijo  don Josef de los Ríos y Arriaga, nacido en San José, habido en doña Feliciana Arriaga, hija del vizcaíno  don Ambrosio de Arriaga, que ante el ejemplo de su padre don Fernando cambio su apellido a "Ríos", algo muy común entre los jóvenes patriotas de la época.
 La considerable herencia que recibió, los benéficos obtenidos por su trabajo y apoyo a los caudillos nacionales, le permitieron adquirir “Santa Gertrudis”, una mediana hacienda ubicada entre “Pusque” y “Cosquepón”, según consta en el instrumento otorgado el 29 de julio de 1829 por el General Juan Crisóstomo de Mendiburu y Salazar. En 1824 había contraído segundas nupcias con la criolla doña Mariana Morales, viuda del catalán don Juan de Cabanillas, ambos ancestros directos de Nicanor de la Fuente Sifuentes (Nixa).

Fundando así una de las familias más prosperas e históricas que ha tenido San José, sus hijos y herederos principales fueron don Calixto y don Tomas Ríos y Morales, los que como miembros de la clase dirigente del pueblo ocuparon los más altos cargos de gobierno y justicia, así como las páginas de la historia de la Guerra del Pacifico, al ser miembros de la heroica montonera de sanjosefanos formada en 1881 y liderada por su primo don Pedro Ríos y Yépez. Sin embargo fue su unión matrimonial con dos acomodadas hermanas la que quedo gravada como un claro ejemplo de alianza de familias tradicionales, estas dos hermanas fueron doña Fermina y doña Joaquina Vera y Asencio, hijas del criollo terrateniente don José María Vera y la mestiza doña Rudecinda Asencio que era descendiente de la extinta clase gobernante indígena de San José. Las parejas unieron dos grandes patrimonios “Santa Gertrudis” de los Ríos y “Gellipe” de los Vera.

 Don Tomas Ríos y Morales caso con doña Joaquina Vera y Asencio, teniendo como hijos a doña Josefina Ríos y Vera que se unió a don Lizardo Núñez Neyra. Doña Felipa Micaela Ríos y Vera, además del más reconocido político don Manuel Ríos y Vera, continuador del prestigio y poder familiar, como tenía que ser se unió en matrimonio con doña Francisca Álvarez Moreno, distinguida dama hija de una prospera familia propietaria de considerables tierras cercanas a la antigua estación del ferrocarril de San José. Siendo así una de las familias destacadas del siglo XX, son sus descendientes más reconocidos en la actualidad los “Chávez-Ríos”.

Así mismo don Calixto Ríos y Morales tuvo como esposa a doña Fermina Vera y Asencio, siendo sus hijas doña Victoria Francisca y doña Virginia Ríos y Vera,  casada con su primo don Manuel Ríos de Paz, hijo del rico hacendado don José G. Ríos Sisniegas.
Cabe añadir que los Ríos-Morales venden su hacienda “Santa Gertrudis” en 1880 a don Manuel Flores,  anexándola a su hacienda “Cultambo”. Los motivos de tal enajenación fueron sin duda la terrible situación que atravesaba el país por la invasión y la hipoteca que tenían con su acreedor, representante de la casa “Flores & Neira”.  Afectados económicamente entablaron una alianza con su primo don José Gregorio Ríos Sisniegas, prestando su capital obtenido de la menciona venta de “Santa Gertrudis”  para la compra masiva de tierras a distintos vecinos de San José.

Don José Gregorio Ríos Sisniegas es otro de los troncos principales de esta progresista familia, su apellido originalmente fue “Sisniegas Ríos” pero por motivos de su ilegitimidad y por el mayor prestigio de su apellido materno lo habría llevado a tomar esta decisión, sus padres fue don Diego Sisniegas y doña Gertrudis Ríos, una de las hijas de don Manuel de los Ríos otro acérrimo patriota criollo, hermano de don Silverio.

A diferencia de los Ríos-Morales, don José Gregorio había tenido una vida inicialmente humilde, tenía varios hermanos naturales e hizo fortuna a base de trabajo junto a su mujer doña Baltazara Yépez Collado, pero su verdadero enriquecimiento lo hizo en sociedad con sus hijos don Pedro y don Manuel Ríos y Yépez, entre 1860 y 1895 lograron ser los nuevos dueños de la hacienda “Ventarrón” de la familia Ortiz de probado origen vasco. Así como el entonces pequeño fundo “La Campanita”  de los descendientes  del castellano don Josef de Sifuentes, así como una serie de pequeños terrenos en diferentes zonas del ya constituido distrito. Desplazando así no solo a sus primos los Ríos y Morales, también a los Ortiz, los Sifuentes, los Sisniegas y los Gonzales, con quienes tenían vínculos de parentesco directos e indirectos.

Doña María Eudocia Ríos Yépez fue la valiente mujer que con arma en mano intimido a los invasores chilenos que en 1881 llegaron a causar molestias en su hacienda “Ventarrón”. Contrajo nupcias el mismo año con el prestigioso medico limeño de ascendencia vasca don Julio Olavarría Rolando, su descendencia es parte de la historia política y social de San José, sus hijos Pedro, José y Manuel Olavarría y Ríos llegaron a ocupar respectivamente los cargos de alcalde, gobernador y juez de Paz al mismo tiempo.

El “padre del pueblo” don Pedro Olavarría Rolando a dejando obra que aún continúan en pie, sus descendientes son los “Olavarría-Adrianzen” que hicieron historia en Tumbes, los  “Olavarría-Rosas” radicados en Piura  y también los “Olavarría-Barreno” de donde provienen los “Olavarría-Ortiz” y “Rázuri-Olavarría”, que viven hoy en día en Chépen y Lima.

El valiente gobernador don José Olavarría Ríos, es el patriarca de los “Olavarría-Brito” que están vinculados con reconocidas familias de la región, como sus descendientes los “Lau-Urcia” que es también heredera del finado y próspero hacendado de Tecapa, don Benjamin Lau Yen. Así mismo los"Olvavarría-Abanto" y los “Olavarría-Cerna” emparentados con los Cobián son parte de esta importante familia.

También fueron hijos don Juan, doña Dominga Auristela casada con el distinguid caballero sampedrano don Cutberto Brito Saavedra, estando entre sus nietas la estimada doña Mary Lupedi Brito. Doña Baltazara Olavarría Ríos se casó en San José en 1949 con el terrateniente don José Andrés Saavedra y Sisniegas, miembro de una antigua familia relacionada a San José.

Don Pedro Ríos y Yépez fue sin duda el más famoso y próspero miembro de la familia, trascendió los tiempos siendo no solo rico hacendado, también épico y revolucionario. Habiendo recibido la rigurosa educación de la época regreso a San José y en sociedad con don Eliseo Salcedo, arrendaron la hacienda “Ñampol” a la familia Vertiz. Supo enfrentar al invasor chileno en 1881 cuando lidero la montonera y al finalizar la guerra, en 1894 se convirtió en el  líder de los revolucionar pierolistas en el valle jequetepeque, siendo premiado con los cargos de Prefecto de La Libertad, Subprefecto de Lambayeque y Pacasmayo. Sus gobiernos como alcalde de San José sacaron al pueblo de la ruina en que había quedado por  del incendio de 1882, siendo recordado como “El gran Patricio del Pueblo”.

Al fallecer su buen amigo Salcedo tomo como mujer a la bella doña Francisca Sandoval, teniendo como hijos a  Natalicia, Blanca, Angélica, Marina, Irene, y Julio Ríos Sandoval. De ellos han destacado doña Irene que junto a su inolvidable esposo don Pastor Ríos dirigieron el desaparecido diario “La Unión” de Pacasmayo, su legado es más que conocido y su descendencia muy distinguida. Don Julio Ríos Sandoval quedo como administrador de la “La Campanita”, siendo en varias ocasiones alcalde de San José y presidente de la junta de notables. Su hijo don Julio Ríos Esquem es último miembro de la familia que habita en “La Campanita”, convertida ahora en un pujante poblado vecino a San José.

  Pero don Pedro Ríos y Yépez apodado en su época “don Juan tenorio” por haber tenido muchas mujeres en su vida dejo más prole por todo el valle jequetepeque, en doña Cipriana Ríos Núñez tuvo a don Cayetano Ríos y Ríos, con doña Hermelinda Santos procrearon a don Carlos Guillermo Ríos Santos. Con doña Rosa Torres tuvo Zoila Bertila Ríos Torres, radicada en Chepen tuvo como esposo a don Tomas Ramírez  respetable caballero de origen cajamarquino,  a continuación sus hijos con sus respectivas parejas: doña Olga, don Luis con María Esteves Noriega, don Tomas con doña Emma Deza Farro, don Carlos, doña Consuelo con Guillermo Figuerola y doña Elia Ramírez Ríos con don Rogerio Deza.

Esto no finaliza aquí, don Pedro Ríos y Yépez tuvo en Santonte entonces atrayente pueblito de San Pedro de Lloc, a sus dos últimos hijos, uno fue don Gregorio Ríos que ha dejado legado en su vecindad. Su segundo y último fue don Julio Ríos Rodríguez que por motivos del orgullo de su madre doña Santos Rodríguez Sánchez decidió escribirlo con el apellido “Albitres”, fue sin duda según la famosa anécdota de “Nixa”, fue la única doña “Inés” que no paso por alto la ya acostumbrada ausencia de un don “Juan Tenorio” que nunca sentó cabeza con mujer alguna. Sin embargo el joven Julio aprendió a escribir su nombre así: “Julio Ríos Rodríguez” y  a lograr patrimonio sin esperar herencia alguna, este orgullo conocedor de las aventuras de su padre y esforzado hombre de la “pila del arroz” de Santonte, fue padre de mi recordada abuelita paterna doña Margarita (Albitres) Ríos Paredes, a quien dedico este artículo de la más representativa familia de nuestro SAN JOSÉ DE BELLASVISTA.


Los Ríos: Patricios de San José de Bellavista (Pacasmayo)

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