domingo, 22 de febrero de 2015

Los Ríos: Patricios de San José de Bellavista (Pacasmayo)

Las fuentes documentales disponibles en los archivos de las ciudades de Pacasmayo y Trujillo, permiten hacer un merecido aporte sobre sobre tan simbólica familia sanjosefana. Es San José “cuna” de esta histórica prole que aparece en tiempos del coloniaje,  siendo considerada en la época como una “reducción de indios” dependiente eclesiásticamente de Jequetepeque, caracterizado por el minifundio indígena, las denominadas tierras comunales o del “común” y rodeado por las grandes propiedades del convento de los Padres Agustinos, una población indígena explotada y despojada en descenso que en 1684 al ser censada eran de solo de 81 habitantes, así lo expresa el historiador Manuel Burga...“la división del trabajo era casi inexistente, la mano de obra menos abundante, existían únicamente indios mitayos de pastores y eran administrada directamente por un padre agustino, quien se caracterizaba por su tiranía con los indígenas (1976, p. 114)”. Del otro lado la población mestiza, blanca y demás castas aumentaba progresivamente.

Este ascenso poblacional principalmente criollo fue de gran impacto, siendo la población blanca mayoría  a mediados del siglo XVIII, cambiando totalmente la estructura racial sanjosefana. Este cambio fue producto principalmente de la masiva inmigración de españoles europeos americanos afectados por las guerras carlistas en España y la destrucción de Saña, San José se convierte en la atracción de los inmigrantes vascos-españoles y sus descendientes originarios de Navarra, Vizcaya, Guipúzcoa, Santander y Cantabria, así como sus descendientes nacidos en el Perú que principalmente provenían de Saña, Lambayeque y San Pedro de Lloc. Es por ello que las principales familias de la época colonial y de inicios de la republica tenían este origen, además de tener presencia en la actualidad: (Los Ríos, los Sisniegas, los Collao, los Ortiz, Los Andaviza, los Miranda, los Zúñiga, los Portilla, los Orbegoso, y los Ramos).

 De todas las familias vascongadas mencionadas además de las otras originarias de Andalucía y Castilla no mencionadas avecinadas en San José, eran los Ríos los más importantes e influyentes dentro y fuera del pueblo, puesto que estaban emparentados con reconocidas familias de San Pedro de Lloc y Guadalupe, constituyendo como los más reconocidos cultivadores enfiteutas de la zona. Su progreso y aumento poblacional fue de tal magnitud que despertó los temores de los Religiosos Agustinos, quienes desde el siglo XVII mantenían un largo litigio con la comunidad indígena de San José y Jequetepeque por las tierras del “Cerro de San Josef”. El papel que desarrollaron los criollos y principalmente la familia  Ríos fue vital para los resultados de tal juicio, se cristalizo una alianza de criollos, mestizos e indios,  contra la usurpación de los Agustinos.  Hay que tener en cuenta tanto los Ríos como los Ortiz además de haber logrado convertirse en medianos tenedores de tierras, tenían “control” de la iglesia local y un declarado apoyo del clero secular,  así se muestra no solo la típica rivalidad entre los “criollos” y “chapetones”, también entre “seculares” y “regulares”.

Uno de los españoles que atestiguaron a favor de la comunidad indígena, fue don Silverio de los Ríos que en 1794 tenía 58 años edad (Burga, 1976, p. 133). Que apoyo  a los indígenas y mestizos esforzados a no aceptar el deslinde de tierras a favor de los Agustinos, desatando la revuelta de 1794 , se registró como la única de su tipo en el valle, con claras influencias de la fallida revolución de Tupac Amaru.

Ahora pasemos a una detallada exposición de los miembros de esta familia Ríos,  don Melchor tenía como hermanos al teniente de milicias don Melchor de los Ríos, casado con doña Eudovigia Alférez, tuvieron una pequeña descendencia del cual se ha perdido el rastro. Don Antonio de los Ríos tuvo como esposa a doña Cayetana Sosaya, así mismo doña Victoria de los Ríos que se unió a don Mateo Sosaya. Don Juan de los Ríos tuvo relación con doña Baltazara Collao. Sobre don Manuel, doña María, doña Agustina,  hermanos y primos suyos no se tiene mayores datos, siendo estos miembros de la segunda generación radicada en San José.          

Las  siguientes generaciones debido a la escasa información me limitaré a mencionarlos, Ignacio, María Bernarda, María Jordana, María Damiana, Andrés, Nicholas, José Benito, Hernando, Justo y Prospero de los Ríos. (Se está investigando su descendencia). Doña Josefa de los Ríos que al unirse a don José Sisniegas radicaron entre San José y San Pedro de Lloc, su hijo el coronel don José Bernardo Sisniegas de los Ríos, fue un destacado político y tronco de las familias “Sisniegas-Castellanos” y “Sisniegas-Collas”, asi como “Mongrut-Sisniegas” y “Saavedra-Sisniegas”, teniendo como sus más recordados miembros, el rico hacendado don Alejandro Saavedra y Sisniegas, asi como a doña Francisca “Paquita” Saavedra Sisniegas, que fue hacendada de “La Campanita” y Vista Alegre”, siendo reconocida benefactora de la educación sanjosefana.

 Doña Francisca Sisniegas de los Ríos fue esposa del hacendado del “Ventarrón” y “Farfan” don Casimiro Ortiz de la Vega, siendo sus descendientes los “Núñez-Neira”, “Ortiz-Neira”, “Núñez-León”, “Núñez-Ríos”, “Cerna-Núñez”, “Farfán-Núñez”, etc.

La información más generosa es la de otro de los hermanos del defensor don Silverio, don Fernando de los Ríos, propietario de “Cosquepón” quien expreso los más claros sentimientos anticoloniales al abrazar la causa independentista promovida en el valle por los Rázuri, los Esteves y los Vértiz. Su hijo  don Josef de los Ríos y Arriaga, nacido en San José, habido en doña Feliciana Arriaga, hija del vizcaíno  don Ambrosio de Arriaga, que ante el ejemplo de su padre don Fernando cambio su apellido a "Ríos", algo muy común entre los jóvenes patriotas de la época.
 La considerable herencia que recibió, los benéficos obtenidos por su trabajo y apoyo a los caudillos nacionales, le permitieron adquirir “Santa Gertrudis”, una mediana hacienda ubicada entre “Pusque” y “Cosquepón”, según consta en el instrumento otorgado el 29 de julio de 1829 por el General Juan Crisóstomo de Mendiburu y Salazar. En 1824 había contraído segundas nupcias con la criolla doña Mariana Morales, viuda del catalán don Juan de Cabanillas, ambos ancestros directos de Nicanor de la Fuente Sifuentes (Nixa).

Fundando así una de las familias más prosperas e históricas que ha tenido San José, sus hijos y herederos principales fueron don Calixto y don Tomas Ríos y Morales, los que como miembros de la clase dirigente del pueblo ocuparon los más altos cargos de gobierno y justicia, así como las páginas de la historia de la Guerra del Pacifico, al ser miembros de la heroica montonera de sanjosefanos formada en 1881 y liderada por su primo don Pedro Ríos y Yépez. Sin embargo fue su unión matrimonial con dos acomodadas hermanas la que quedo gravada como un claro ejemplo de alianza de familias tradicionales, estas dos hermanas fueron doña Fermina y doña Joaquina Vera y Asencio, hijas del criollo terrateniente don José María Vera y la mestiza doña Rudecinda Asencio que era descendiente de la extinta clase gobernante indígena de San José. Las parejas unieron dos grandes patrimonios “Santa Gertrudis” de los Ríos y “Gellipe” de los Vera.

 Don Tomas Ríos y Morales caso con doña Joaquina Vera y Asencio, teniendo como hijos a doña Josefina Ríos y Vera que se unió a don Lizardo Núñez Neyra. Doña Felipa Micaela Ríos y Vera, además del más reconocido político don Manuel Ríos y Vera, continuador del prestigio y poder familiar, como tenía que ser se unió en matrimonio con doña Francisca Álvarez Moreno, distinguida dama hija de una prospera familia propietaria de considerables tierras cercanas a la antigua estación del ferrocarril de San José. Siendo así una de las familias destacadas del siglo XX, son sus descendientes más reconocidos en la actualidad los “Chávez-Ríos”.

Así mismo don Calixto Ríos y Morales tuvo como esposa a doña Fermina Vera y Asencio, siendo sus hijas doña Victoria Francisca y doña Virginia Ríos y Vera,  casada con su primo don Manuel Ríos de Paz, hijo del rico hacendado don José G. Ríos Sisniegas.
Cabe añadir que los Ríos-Morales venden su hacienda “Santa Gertrudis” en 1880 a don Manuel Flores,  anexándola a su hacienda “Cultambo”. Los motivos de tal enajenación fueron sin duda la terrible situación que atravesaba el país por la invasión y la hipoteca que tenían con su acreedor, representante de la casa “Flores & Neira”.  Afectados económicamente entablaron una alianza con su primo don José Gregorio Ríos Sisniegas, prestando su capital obtenido de la menciona venta de “Santa Gertrudis”  para la compra masiva de tierras a distintos vecinos de San José.

Don José Gregorio Ríos Sisniegas es otro de los troncos principales de esta progresista familia, su apellido originalmente fue “Sisniegas Ríos” pero por motivos de su ilegitimidad y por el mayor prestigio de su apellido materno lo habría llevado a tomar esta decisión, sus padres fue don Diego Sisniegas y doña Gertrudis Ríos, una de las hijas de don Manuel de los Ríos otro acérrimo patriota criollo, hermano de don Silverio.

A diferencia de los Ríos-Morales, don José Gregorio había tenido una vida inicialmente humilde, tenía varios hermanos naturales e hizo fortuna a base de trabajo junto a su mujer doña Baltazara Yépez Collado, pero su verdadero enriquecimiento lo hizo en sociedad con sus hijos don Pedro y don Manuel Ríos y Yépez, entre 1860 y 1895 lograron ser los nuevos dueños de la hacienda “Ventarrón” de la familia Ortiz de probado origen vasco. Así como el entonces pequeño fundo “La Campanita”  de los descendientes  del castellano don Josef de Sifuentes, así como una serie de pequeños terrenos en diferentes zonas del ya constituido distrito. Desplazando así no solo a sus primos los Ríos y Morales, también a los Ortiz, los Sifuentes, los Sisniegas y los Gonzales, con quienes tenían vínculos de parentesco directos e indirectos.

Doña María Eudocia Ríos Yépez fue la valiente mujer que con arma en mano intimido a los invasores chilenos que en 1881 llegaron a causar molestias en su hacienda “Ventarrón”. Contrajo nupcias el mismo año con el prestigioso medico limeño de ascendencia vasca don Julio Olavarría Rolando, su descendencia es parte de la historia política y social de San José, sus hijos Pedro, José y Manuel Olavarría y Ríos llegaron a ocupar respectivamente los cargos de alcalde, gobernador y juez de Paz al mismo tiempo.

El “padre del pueblo” don Pedro Olavarría Rolando a dejando obra que aún continúan en pie, sus descendientes son los “Olavarría-Adrianzen” que hicieron historia en Tumbes, los  “Olavarría-Rosas” radicados en Piura  y también los “Olavarría-Barreno” de donde provienen los “Olavarría-Ortiz” y “Rázuri-Olavarría”, que viven hoy en día en Chépen y Lima.

El valiente gobernador don José Olavarría Ríos, es el patriarca de los “Olavarría-Brito” que están vinculados con reconocidas familias de la región, como sus descendientes los “Lau-Urcia” que es también heredera del finado y próspero hacendado de Tecapa, don Benjamin Lau Yen. Así mismo los"Olvavarría-Abanto" y los “Olavarría-Cerna” emparentados con los Cobián son parte de esta importante familia.

También fueron hijos don Juan, doña Dominga Auristela casada con el distinguid caballero sampedrano don Cutberto Brito Saavedra, estando entre sus nietas la estimada doña Mary Lupedi Brito. Doña Baltazara Olavarría Ríos se casó en San José en 1949 con el terrateniente don José Andrés Saavedra y Sisniegas, miembro de una antigua familia relacionada a San José.

Don Pedro Ríos y Yépez fue sin duda el más famoso y próspero miembro de la familia, trascendió los tiempos siendo no solo rico hacendado, también épico y revolucionario. Habiendo recibido la rigurosa educación de la época regreso a San José y en sociedad con don Eliseo Salcedo, arrendaron la hacienda “Ñampol” a la familia Vertiz. Supo enfrentar al invasor chileno en 1881 cuando lidero la montonera y al finalizar la guerra, en 1894 se convirtió en el  líder de los revolucionar pierolistas en el valle jequetepeque, siendo premiado con los cargos de Prefecto de La Libertad, Subprefecto de Lambayeque y Pacasmayo. Sus gobiernos como alcalde de San José sacaron al pueblo de la ruina en que había quedado por  del incendio de 1882, siendo recordado como “El gran Patricio del Pueblo”.

Al fallecer su buen amigo Salcedo tomo como mujer a la bella doña Francisca Sandoval, teniendo como hijos a  Natalicia, Blanca, Angélica, Marina, Irene, y Julio Ríos Sandoval. De ellos han destacado doña Irene que junto a su inolvidable esposo don Pastor Ríos dirigieron el desaparecido diario “La Unión” de Pacasmayo, su legado es más que conocido y su descendencia muy distinguida. Don Julio Ríos Sandoval quedo como administrador de la “La Campanita”, siendo en varias ocasiones alcalde de San José y presidente de la junta de notables. Su hijo don Julio Ríos Esquem es último miembro de la familia que habita en “La Campanita”, convertida ahora en un pujante poblado vecino a San José.

  Pero don Pedro Ríos y Yépez apodado en su época “don Juan tenorio” por haber tenido muchas mujeres en su vida dejo más prole por todo el valle jequetepeque, en doña Cipriana Ríos Núñez tuvo a don Cayetano Ríos y Ríos, con doña Hermelinda Santos procrearon a don Carlos Guillermo Ríos Santos. Con doña Rosa Torres tuvo Zoila Bertila Ríos Torres, radicada en Chepen tuvo como esposo a don Tomas Ramírez  respetable caballero de origen cajamarquino,  a continuación sus hijos con sus respectivas parejas: doña Olga, don Luis con María Esteves Noriega, don Tomas con doña Emma Deza Farro, don Carlos, doña Consuelo con Guillermo Figuerola y doña Elia Ramírez Ríos con don Rogerio Deza.

Esto no finaliza aquí, don Pedro Ríos y Yépez tuvo en Santonte entonces atrayente pueblito de San Pedro de Lloc, a sus dos últimos hijos, uno fue don Gregorio Ríos que ha dejado legado en su vecindad. Su segundo y último fue don Julio Ríos Rodríguez que por motivos del orgullo de su madre doña Santos Rodríguez Sánchez decidió escribirlo con el apellido “Albitres”, fue sin duda según la famosa anécdota de “Nixa”, fue la única doña “Inés” que no paso por alto la ya acostumbrada ausencia de un don “Juan Tenorio” que nunca sentó cabeza con mujer alguna. Sin embargo el joven Julio aprendió a escribir su nombre así: “Julio Ríos Rodríguez” y  a lograr patrimonio sin esperar herencia alguna, este orgullo conocedor de las aventuras de su padre y esforzado hombre de la “pila del arroz” de Santonte, fue padre de mi recordada abuelita paterna doña Margarita (Albitres) Ríos Paredes, a quien dedico este artículo de la más representativa familia de nuestro SAN JOSÉ DE BELLASVISTA.


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Estudiante de historia y amante de la genealogía.

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