jueves, 26 de febrero de 2015











Pueblo de San José de Bellavista


Fundación: Fundado como reducción de indios en fecha aun no determinada.
Aniversario: 02 de Enero.
Fiesta Patronal: 11-14 de marzo, en honor a Patriarca San José
Ubicación: Situada en la provincia de Pacasmayo, sur del río jequetepeque, Sus coordenadas son 7°25’00’’ latitud Sur y 79°30’00’’ longitud Oeste.
Altitud: 104 m.s.n.m.                                                                                             
Superficie: 181,06 km²
Distancia: 336 Km a Trujillo, Perú.
Población:  11 504 habitantes. 


Datos generales de San José - Pacasmayo

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lunes, 23 de febrero de 2015

En marzo del presente año junto a Manolo Lau Urcia logramos confirmar definitivamente la procedencia y el apellido materno del recordado doctor don Julio Olavarría Rolando casado con doña María Eudocia Ríos, ambos fundadores de una de las familias que hicieron historia en San José.  ¿Pero quien fue tan famoso doctor y como llego a fundar esta familia?

Se sabe que don Julio fue parte del equipo de médicos que asistieron en 1890 al sabio italiano Antonio Raimondi, quien ya vivía su último año de vida en este mundo. Además el desaparecido poeta sanjosefano Nixa lo menciona en su brillante autobiografía.

En una partida de matrimonio número 152 de uno de los libros parroquiales de San José que se atesoran en la actual Parroquia de Pacasmayo, consignan los nombres completos de los esposos Olavarría –Ríos y de sus padres, además de los testigos Pedro Ríos y Felipe Ahumada. Por cierto vale  añadir que la Parroquia  de San José en tiempos de la colonia fue anexo o anejo de la de Jequetepeque que también tenía tiempos después a la de Pacasmayo, en 1893 Pacasmayo se convirtió en cabeza de curato, es por ello que los libros de la parroquia de San José se encuentra hoy en día en dicho puerto.

Respondiendo acerca del origen de tan distinguido médico, conocido como el “galeno de los pobres”, por no cobrar a los más humildes, ahora se sabe que nació en Lima, hijo de Manuel Olavarría y  Rosa Rolando. La familia Olavarría era de origen Vasco (España), entre sus miembros están héroes de la guerra de Independencia como José Valentín de Olavarría, otros miembros son fundadores de los Olavarría de Lambayeque y Chiclayo.

Se desconoce la fecha exacta de la llegada de don Julio Olavarría a estas fértiles tierras del jequetepeque, solo podría afirmar que  en el año de 1881, época en la cual nuestro país sufría la invasión chilena, se llevó a cabo la unión de dos distinguidos personajes de nuestra antigua provincia, don Julio Olavarría Rolando contrajo nupcias con la acaudalada dama doña María Eudocia Ríos y Yépez, siendo así los fundadores de la estirpe de los Olavarría de San José de Bellavista.

La familia Olavarría - Ríos se estableció en el pueblo San José, don Julio se dedicó a ejercer como médico oficial del distrito y de respetables familias del valle, además llego a administrar la hacienda “Ventarrón” herencia de su esposa María Eudocia, que dicho sea de paso esta damita sanjosepana pertenecía a una antigua y linajuda familia de San José, hija de don José Gregorio Ríos Sisniegas y doña Baltazara Yépez Collado, ambos miembros de familias de origen peninsular y como olvidar señalar que su hermano fue el “Gran Patricio sanjosepano” don Pedro Ríos y Yépez,  verdaderos “sanjosepanos” netos sin lugar a dudas, que defendieron a San José de los atropellos del invasor del sur.

Fruto de la unión de don Julio y doña María Eudocia, llegaron a ver por primera vez el bello cielo azul sanjosepano: Pedro, Juan, José, Manuel, Baltazara y Dominga. Todos ellos criados en la fe católica, llenos de valores y amor a la Patria, hombres y mujeres que llegaron a ser importantes, correctos, y siempre dispuestos a apoyar, fueron el resultado de esa unión de dos sangres progresistas, destacando la sanjosepana que fama tiene por siempre distinguirse de los demás.

Don Pedro Olavarría y Ríos, fue un próspero agricultor, en 1912 llego a ocupar el cargo de alcalde de San José, siendo continuador de las obras publicas de su tío don Pedro Ríos, se unió en matrimonio con la respetable dama sampedrana María Amanda Rosas León, don Pedro partió a Piura, allí fundo su familia, sus descendientes todos hombres y mujeres francos e importantes, emparentados con linajudas familias de Piura como los Pollit Seminario. Caber destacar a su hijo don Manuel Olavarría, casado con la dama sanjosefana doña Eudocia Ortiz Vergara, familia relacionada con los Rázuri de jequetepeque.

Don José Olavarría y Ríos al unirse en matrimonio con doña María Brito Saavedra, sin duda fundo una de las familias más representativas del valle jequetepeque, era dos familias importantes y respetables, los Olavarría se habían unidos a los descendientes de don Pedro José Brito-Alarco Godoy y doña Manuela Saavedra Aldea, don José como todo sanjosepano fue valiente, así murió enfrentando a unos abigeos, siempre haciendo respetar su cargo de Gobernador de San José.  Sus se relacionaron  con renombradas familias como los Lau, familia a la cual pertenece mi buen amigo Manolo.

Manuel Olavarría no fue menos valiente e intachable que sus hermanos, ocupo los cargos de regidor y gobernador de San José en varias ocasiones,  y Juan Olavarría Ríos falleció de niño.
Baltazara y Dominga Olavarría Ríos completan tan importante familia, la primera casó con el recordado y próspero don Antonio Saavedra, y doña Dominga casó con el caballero sampedrano don Cutberto Brito Saavedra, quien fue miembro del consejo de San José, estableciéndose en San José, sus descendientes están emparentados con los Lupedi, entre otras familias representativas del valle.

Este es el origen los Olavarría de San José de Bellavista, en la fértil provincia de Pacasmayo, el fundador de esta familia don Julio Olavarría Rolando al fallecer a fines del siglo XIX recibió honores en el pueblo de San José, que le permitió el honor de ser enterrado en el Altar Mayor de la parroquia, como un hijo más de esta tierra pacasmayina.

Doy gracias a la Parroquia de Pacasmayo y a este diario por permitirme hacer un merecido aporte a la historia pacasmayina y un sencillo homenaje a  tan simbólica familia norteña. Soy Luiyhin Rázuri Sifuentes, descendiente de don Pedro Ríos y Yépez, allí mi vínculo con los Olavarría.


Los Olavarría de San José de Bellavista

En marzo del presente año junto a Manolo Lau Urcia logramos confirmar definitivamente la procedencia y el apellido materno del recordado do...


(Dedicado a la memoria del tío Rolando Cerna Morales, "Rolo")


Se han cumplido 88 años de la muerte de don José León Cerna Celis y ya pocos lo recuerdan como el más antiguo “componedor de huesos” de San José. “El patriarca”, “Soldado del trabajo” como era conocido descendía de una de las muchas familias que abandonaron la arruinada Saña  en el siglo XVIII para establecerse en San José, allí nacería en 1830.     
                 
Su vida estuvo llena de aventuras, tuvo la suerte de vivir y participar en las revoluciones caudillistas y las guerras con España y Chile, en este último conflicto en la etapa de invasión, junto a su hermano don Manuel formó parte de la histórica montonera de resistencia antichela formada por el ilustre sanjosepano don Pedro Ríos y Yépez. Pero no trascendió por su heroísmo si no por su vocación de servicio, estaba dedicado desde muy joven a curar las torceduras y quebraduras de los huesos, había nacido para aliviar las dolencias de la humanidad, su nombre se volvió sinónimo de magia en todo el norte, por ellos son muchas las anécdotas y semblanzas sobre su vida, como la del insigne escritor don Vicente Rázuri Cortez, que lo describió como un hombre moreno, alto de cuerpo, de barbas blancas patriarcales y alegre.                       
                                                                           
El prestigio logrado por Cerna le permitió ocupar por varios años el cargo de Juez de Paz y miembro de la junta de notables, pero no logro fortuna a pesar de que su ancestral oficio fue muy solicitado, la razón sin duda seria que nunca exigió pago alguno a sus pobres pacientes, esperando solo su voluntad al igual que con los ricos terratenientes que también acudían ser aliviados por lo que hacían sus  manos grandes y dedos largos. Todos ellos recurrían según “Lata” a su modesta casa que se había convertido en un verdadero templo de sanación o era don José León quien salía a caballo llevando sus emplastos y yerbas medicinales que pronto aliviarían torceduras, zafaduras, contusiones, quebraduras, etc. Además de recorrer todo el valle jequetepeque, llego hasta Chiclayo, Cajamarca, Trujillo y las múltiples propuestas de llevarlo a Lima, tengamos en cuenta que muchos de los médicos de la época recomendaban sus servicios, reafirmando la creencia en la ciencia oculta.

Su fallecimiento en 1923 enluto al pueblo en general y su cortejo fúnebre fue de los más grandes de la historia del valle jequetepeque, estuvieron presentes gentes de todos los niveles socioeconómicas, destacando la clase media sanjosefana representada por los señores don José Biffi, Fedeberto Ortiz N., Segundo Paz y Manuel Quispe. Así fue registrado por los medios de la época que junto a reconocidos intelectuales le dedicaron justos tributos. Don Juan Carril Muñoz, maestro en San José le dedico una semblanza en la cual destacando su caridad y sorprendente “magina” para salvar incluso de la muerte a los dolientes.
La antigua tradición de flotar y soldar huesos no había muerto, de su matrimonio con doña Baltazara Fernández nacieron Abraham, Juan y Casimirio, los dos primeros siguieron los pasos del famoso anciano, se convirtieron en hombres muy relacionados que llegaron a ser miembros de la clase dirigente de San José, recorrieron el Perú a caballo, vapor, ómnibus, incrementando la fama del clan milagroso.  

Los tres hermanos se unieron a tres honorables hermanas sanjosefanas, doña Domitila, Grimaldina y Sandalia Núñez Neira, pertenecientes a una histórica y antigua familia de origen peninsular. De esta peculiar unión surgieron las más notables familias que ha tenido y tiene San José, los llamados “Hueseros Cerna” que gozaron del reconocimiento social continuaron la tradición familiar, destacando don Felipe y  Teodoro Cerna Núñez que llegaron a curar a miles de personas, también don Rolando Cerna Morales que partió de este mundo en 2013. En la actualidad sus descendientes en San José conservan esa magia de la cirugía invisible y otros que salieron y combinaron sus conocimientos empíricos con lo científico, como los recocidos  quiroprácticos don Walter Cerna y el joven  Jorge Cerna Creame.

Los sanjosefanos tenemos una gran deuda no solo con Nixa y otros brillantes hombres, también con esta honorable casta de curanderos que dieron fama a nuestro SAN JOSÉ, señores estamos a tiempo de rendirles el homenaje que merecen, sería el primer paso para consolidar nuestra identidad local, este es mi pequeño aporte que busca rescatar el origen del “ARTE DE SANAR CON LAS MANOS”.


Don José León Cerna Celis y el arte sanar con las manos.

(Dedicado a la memoria del tío Rolando Cerna Morales, "Rolo") Se  han cumplido 88 años de la muerte de don José León Ce...

domingo, 22 de febrero de 2015

Las fuentes documentales disponibles en los archivos de las ciudades de Pacasmayo y Trujillo, permiten hacer un merecido aporte sobre sobre tan simbólica familia sanjosefana. Es San José “cuna” de esta histórica prole que aparece en tiempos del coloniaje,  siendo considerada en la época como una “reducción de indios” dependiente eclesiásticamente de Jequetepeque, caracterizado por el minifundio indígena, las denominadas tierras comunales o del “común” y rodeado por las grandes propiedades del convento de los Padres Agustinos, una población indígena explotada y despojada en descenso que en 1684 al ser censada eran de solo de 81 habitantes, así lo expresa el historiador Manuel Burga...“la división del trabajo era casi inexistente, la mano de obra menos abundante, existían únicamente indios mitayos de pastores y eran administrada directamente por un padre agustino, quien se caracterizaba por su tiranía con los indígenas (1976, p. 114)”. Del otro lado la población mestiza, blanca y demás castas aumentaba progresivamente.

Este ascenso poblacional principalmente criollo fue de gran impacto, siendo la población blanca mayoría  a mediados del siglo XVIII, cambiando totalmente la estructura racial sanjosefana. Este cambio fue producto principalmente de la masiva inmigración de españoles europeos americanos afectados por las guerras carlistas en España y la destrucción de Saña, San José se convierte en la atracción de los inmigrantes vascos-españoles y sus descendientes originarios de Navarra, Vizcaya, Guipúzcoa, Santander y Cantabria, así como sus descendientes nacidos en el Perú que principalmente provenían de Saña, Lambayeque y San Pedro de Lloc. Es por ello que las principales familias de la época colonial y de inicios de la republica tenían este origen, además de tener presencia en la actualidad: (Los Ríos, los Sisniegas, los Collao, los Ortiz, Los Andaviza, los Miranda, los Zúñiga, los Portilla, los Orbegoso, y los Ramos).

 De todas las familias vascongadas mencionadas además de las otras originarias de Andalucía y Castilla no mencionadas avecinadas en San José, eran los Ríos los más importantes e influyentes dentro y fuera del pueblo, puesto que estaban emparentados con reconocidas familias de San Pedro de Lloc y Guadalupe, constituyendo como los más reconocidos cultivadores enfiteutas de la zona. Su progreso y aumento poblacional fue de tal magnitud que despertó los temores de los Religiosos Agustinos, quienes desde el siglo XVII mantenían un largo litigio con la comunidad indígena de San José y Jequetepeque por las tierras del “Cerro de San Josef”. El papel que desarrollaron los criollos y principalmente la familia  Ríos fue vital para los resultados de tal juicio, se cristalizo una alianza de criollos, mestizos e indios,  contra la usurpación de los Agustinos.  Hay que tener en cuenta tanto los Ríos como los Ortiz además de haber logrado convertirse en medianos tenedores de tierras, tenían “control” de la iglesia local y un declarado apoyo del clero secular,  así se muestra no solo la típica rivalidad entre los “criollos” y “chapetones”, también entre “seculares” y “regulares”.

Uno de los españoles que atestiguaron a favor de la comunidad indígena, fue don Silverio de los Ríos que en 1794 tenía 58 años edad (Burga, 1976, p. 133). Que apoyo  a los indígenas y mestizos esforzados a no aceptar el deslinde de tierras a favor de los Agustinos, desatando la revuelta de 1794 , se registró como la única de su tipo en el valle, con claras influencias de la fallida revolución de Tupac Amaru.

Ahora pasemos a una detallada exposición de los miembros de esta familia Ríos,  don Melchor tenía como hermanos al teniente de milicias don Melchor de los Ríos, casado con doña Eudovigia Alférez, tuvieron una pequeña descendencia del cual se ha perdido el rastro. Don Antonio de los Ríos tuvo como esposa a doña Cayetana Sosaya, así mismo doña Victoria de los Ríos que se unió a don Mateo Sosaya. Don Juan de los Ríos tuvo relación con doña Baltazara Collao. Sobre don Manuel, doña María, doña Agustina,  hermanos y primos suyos no se tiene mayores datos, siendo estos miembros de la segunda generación radicada en San José.          

Las  siguientes generaciones debido a la escasa información me limitaré a mencionarlos, Ignacio, María Bernarda, María Jordana, María Damiana, Andrés, Nicholas, José Benito, Hernando, Justo y Prospero de los Ríos. (Se está investigando su descendencia). Doña Josefa de los Ríos que al unirse a don José Sisniegas radicaron entre San José y San Pedro de Lloc, su hijo el coronel don José Bernardo Sisniegas de los Ríos, fue un destacado político y tronco de las familias “Sisniegas-Castellanos” y “Sisniegas-Collas”, asi como “Mongrut-Sisniegas” y “Saavedra-Sisniegas”, teniendo como sus más recordados miembros, el rico hacendado don Alejandro Saavedra y Sisniegas, asi como a doña Francisca “Paquita” Saavedra Sisniegas, que fue hacendada de “La Campanita” y Vista Alegre”, siendo reconocida benefactora de la educación sanjosefana.

 Doña Francisca Sisniegas de los Ríos fue esposa del hacendado del “Ventarrón” y “Farfan” don Casimiro Ortiz de la Vega, siendo sus descendientes los “Núñez-Neira”, “Ortiz-Neira”, “Núñez-León”, “Núñez-Ríos”, “Cerna-Núñez”, “Farfán-Núñez”, etc.

La información más generosa es la de otro de los hermanos del defensor don Silverio, don Fernando de los Ríos, propietario de “Cosquepón” quien expreso los más claros sentimientos anticoloniales al abrazar la causa independentista promovida en el valle por los Rázuri, los Esteves y los Vértiz. Su hijo  don Josef de los Ríos y Arriaga, nacido en San José, habido en doña Feliciana Arriaga, hija del vizcaíno  don Ambrosio de Arriaga, que ante el ejemplo de su padre don Fernando cambio su apellido a "Ríos", algo muy común entre los jóvenes patriotas de la época.
 La considerable herencia que recibió, los benéficos obtenidos por su trabajo y apoyo a los caudillos nacionales, le permitieron adquirir “Santa Gertrudis”, una mediana hacienda ubicada entre “Pusque” y “Cosquepón”, según consta en el instrumento otorgado el 29 de julio de 1829 por el General Juan Crisóstomo de Mendiburu y Salazar. En 1824 había contraído segundas nupcias con la criolla doña Mariana Morales, viuda del catalán don Juan de Cabanillas, ambos ancestros directos de Nicanor de la Fuente Sifuentes (Nixa).

Fundando así una de las familias más prosperas e históricas que ha tenido San José, sus hijos y herederos principales fueron don Calixto y don Tomas Ríos y Morales, los que como miembros de la clase dirigente del pueblo ocuparon los más altos cargos de gobierno y justicia, así como las páginas de la historia de la Guerra del Pacifico, al ser miembros de la heroica montonera de sanjosefanos formada en 1881 y liderada por su primo don Pedro Ríos y Yépez. Sin embargo fue su unión matrimonial con dos acomodadas hermanas la que quedo gravada como un claro ejemplo de alianza de familias tradicionales, estas dos hermanas fueron doña Fermina y doña Joaquina Vera y Asencio, hijas del criollo terrateniente don José María Vera y la mestiza doña Rudecinda Asencio que era descendiente de la extinta clase gobernante indígena de San José. Las parejas unieron dos grandes patrimonios “Santa Gertrudis” de los Ríos y “Gellipe” de los Vera.

 Don Tomas Ríos y Morales caso con doña Joaquina Vera y Asencio, teniendo como hijos a doña Josefina Ríos y Vera que se unió a don Lizardo Núñez Neyra. Doña Felipa Micaela Ríos y Vera, además del más reconocido político don Manuel Ríos y Vera, continuador del prestigio y poder familiar, como tenía que ser se unió en matrimonio con doña Francisca Álvarez Moreno, distinguida dama hija de una prospera familia propietaria de considerables tierras cercanas a la antigua estación del ferrocarril de San José. Siendo así una de las familias destacadas del siglo XX, son sus descendientes más reconocidos en la actualidad los “Chávez-Ríos”.

Así mismo don Calixto Ríos y Morales tuvo como esposa a doña Fermina Vera y Asencio, siendo sus hijas doña Victoria Francisca y doña Virginia Ríos y Vera,  casada con su primo don Manuel Ríos de Paz, hijo del rico hacendado don José G. Ríos Sisniegas.
Cabe añadir que los Ríos-Morales venden su hacienda “Santa Gertrudis” en 1880 a don Manuel Flores,  anexándola a su hacienda “Cultambo”. Los motivos de tal enajenación fueron sin duda la terrible situación que atravesaba el país por la invasión y la hipoteca que tenían con su acreedor, representante de la casa “Flores & Neira”.  Afectados económicamente entablaron una alianza con su primo don José Gregorio Ríos Sisniegas, prestando su capital obtenido de la menciona venta de “Santa Gertrudis”  para la compra masiva de tierras a distintos vecinos de San José.

Don José Gregorio Ríos Sisniegas es otro de los troncos principales de esta progresista familia, su apellido originalmente fue “Sisniegas Ríos” pero por motivos de su ilegitimidad y por el mayor prestigio de su apellido materno lo habría llevado a tomar esta decisión, sus padres fue don Diego Sisniegas y doña Gertrudis Ríos, una de las hijas de don Manuel de los Ríos otro acérrimo patriota criollo, hermano de don Silverio.

A diferencia de los Ríos-Morales, don José Gregorio había tenido una vida inicialmente humilde, tenía varios hermanos naturales e hizo fortuna a base de trabajo junto a su mujer doña Baltazara Yépez Collado, pero su verdadero enriquecimiento lo hizo en sociedad con sus hijos don Pedro y don Manuel Ríos y Yépez, entre 1860 y 1895 lograron ser los nuevos dueños de la hacienda “Ventarrón” de la familia Ortiz de probado origen vasco. Así como el entonces pequeño fundo “La Campanita”  de los descendientes  del castellano don Josef de Sifuentes, así como una serie de pequeños terrenos en diferentes zonas del ya constituido distrito. Desplazando así no solo a sus primos los Ríos y Morales, también a los Ortiz, los Sifuentes, los Sisniegas y los Gonzales, con quienes tenían vínculos de parentesco directos e indirectos.

Doña María Eudocia Ríos Yépez fue la valiente mujer que con arma en mano intimido a los invasores chilenos que en 1881 llegaron a causar molestias en su hacienda “Ventarrón”. Contrajo nupcias el mismo año con el prestigioso medico limeño de ascendencia vasca don Julio Olavarría Rolando, su descendencia es parte de la historia política y social de San José, sus hijos Pedro, José y Manuel Olavarría y Ríos llegaron a ocupar respectivamente los cargos de alcalde, gobernador y juez de Paz al mismo tiempo.

El “padre del pueblo” don Pedro Olavarría Rolando a dejando obra que aún continúan en pie, sus descendientes son los “Olavarría-Adrianzen” que hicieron historia en Tumbes, los  “Olavarría-Rosas” radicados en Piura  y también los “Olavarría-Barreno” de donde provienen los “Olavarría-Ortiz” y “Rázuri-Olavarría”, que viven hoy en día en Chépen y Lima.

El valiente gobernador don José Olavarría Ríos, es el patriarca de los “Olavarría-Brito” que están vinculados con reconocidas familias de la región, como sus descendientes los “Lau-Urcia” que es también heredera del finado y próspero hacendado de Tecapa, don Benjamin Lau Yen. Así mismo los"Olvavarría-Abanto" y los “Olavarría-Cerna” emparentados con los Cobián son parte de esta importante familia.

También fueron hijos don Juan, doña Dominga Auristela casada con el distinguid caballero sampedrano don Cutberto Brito Saavedra, estando entre sus nietas la estimada doña Mary Lupedi Brito. Doña Baltazara Olavarría Ríos se casó en San José en 1949 con el terrateniente don José Andrés Saavedra y Sisniegas, miembro de una antigua familia relacionada a San José.

Don Pedro Ríos y Yépez fue sin duda el más famoso y próspero miembro de la familia, trascendió los tiempos siendo no solo rico hacendado, también épico y revolucionario. Habiendo recibido la rigurosa educación de la época regreso a San José y en sociedad con don Eliseo Salcedo, arrendaron la hacienda “Ñampol” a la familia Vertiz. Supo enfrentar al invasor chileno en 1881 cuando lidero la montonera y al finalizar la guerra, en 1894 se convirtió en el  líder de los revolucionar pierolistas en el valle jequetepeque, siendo premiado con los cargos de Prefecto de La Libertad, Subprefecto de Lambayeque y Pacasmayo. Sus gobiernos como alcalde de San José sacaron al pueblo de la ruina en que había quedado por  del incendio de 1882, siendo recordado como “El gran Patricio del Pueblo”.

Al fallecer su buen amigo Salcedo tomo como mujer a la bella doña Francisca Sandoval, teniendo como hijos a  Natalicia, Blanca, Angélica, Marina, Irene, y Julio Ríos Sandoval. De ellos han destacado doña Irene que junto a su inolvidable esposo don Pastor Ríos dirigieron el desaparecido diario “La Unión” de Pacasmayo, su legado es más que conocido y su descendencia muy distinguida. Don Julio Ríos Sandoval quedo como administrador de la “La Campanita”, siendo en varias ocasiones alcalde de San José y presidente de la junta de notables. Su hijo don Julio Ríos Esquem es último miembro de la familia que habita en “La Campanita”, convertida ahora en un pujante poblado vecino a San José.

  Pero don Pedro Ríos y Yépez apodado en su época “don Juan tenorio” por haber tenido muchas mujeres en su vida dejo más prole por todo el valle jequetepeque, en doña Cipriana Ríos Núñez tuvo a don Cayetano Ríos y Ríos, con doña Hermelinda Santos procrearon a don Carlos Guillermo Ríos Santos. Con doña Rosa Torres tuvo Zoila Bertila Ríos Torres, radicada en Chepen tuvo como esposo a don Tomas Ramírez  respetable caballero de origen cajamarquino,  a continuación sus hijos con sus respectivas parejas: doña Olga, don Luis con María Esteves Noriega, don Tomas con doña Emma Deza Farro, don Carlos, doña Consuelo con Guillermo Figuerola y doña Elia Ramírez Ríos con don Rogerio Deza.

Esto no finaliza aquí, don Pedro Ríos y Yépez tuvo en Santonte entonces atrayente pueblito de San Pedro de Lloc, a sus dos últimos hijos, uno fue don Gregorio Ríos que ha dejado legado en su vecindad. Su segundo y último fue don Julio Ríos Rodríguez que por motivos del orgullo de su madre doña Santos Rodríguez Sánchez decidió escribirlo con el apellido “Albitres”, fue sin duda según la famosa anécdota de “Nixa”, fue la única doña “Inés” que no paso por alto la ya acostumbrada ausencia de un don “Juan Tenorio” que nunca sentó cabeza con mujer alguna. Sin embargo el joven Julio aprendió a escribir su nombre así: “Julio Ríos Rodríguez” y  a lograr patrimonio sin esperar herencia alguna, este orgullo conocedor de las aventuras de su padre y esforzado hombre de la “pila del arroz” de Santonte, fue padre de mi recordada abuelita paterna doña Margarita (Albitres) Ríos Paredes, a quien dedico este artículo de la más representativa familia de nuestro SAN JOSÉ DE BELLASVISTA.


Los Ríos: Patricios de San José de Bellavista (Pacasmayo)

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